cAMBIL
Cambil
es un pequeño pueblo de la Comarca de Sierra Mágina enclavado en las
estribaciones de la misma, tiene su origen en las dos fortificaciones (Qanbil y
al-Hawair) erigidas en periodo islámico por los Nazaríes, poco después de 1246,
lo que nos habla de su carácter defensivo y fronterizo. A partir de la
conquista cristiana se producen crecimientos urbanos entre las dos peñas
adaptándose al terreno con calles sinuosas y estrechas, donde se hayan los
edificios uniformemente encalados y con cubiertas inclinadas de teja árabe, que
irán colonizando el valle para confluir en una plaza pública, que aprovecha la
zona llana del meandro del río que atraviesa la población, y que alberga el
espacio social y religioso: el ayuntamiento, la iglesia y en la que aún sobrevive
un gran olmo centenario.
Esta
singularidad histórica y urbanística se le reconoce en 2012, con la declaración
de Bien de Interés Cultural con la tipología de Conjunto Histórico de todo su
casco antiguo, enclave dónde se encuentra nuestro alojamiento. Entre el
patrimonio arquitectónico singular de Cambil destaca la iglesia de la
Encarnación y dos impresionantes portadas del barroco civil: la portada del
Antiguo Hospital y la portada de la Casa del Condestable. La iglesia de Nuestra
Señora de la Encarnación fue construida en el siglo XVI, trabajó en ella Alonso
Barba en 1524. Es un templo de una sola nave cubierto con bóveda de cañón,
lunetos y bóvedas de arista. La portada es manierista, de orden toscano y en
ella está labrada la escena de la Anunciación, también obra de Alonso Barba. La
torre de campanas es de planta cuadrada y está unida a esta fachada. En su
interior destaca el retablo plateresco tallado por Sebastián de Solís.
cAMBIL
Cambil es un pequeño pueblo de la Comarca de Sierra Mágina enclavado en las estribaciones de la misma, tiene su origen en las dos fortificaciones (Qanbil y al-Hawair) erigidas en periodo islámico por los Nazaríes, poco después de 1246, lo que nos habla de su carácter defensivo y fronterizo. A partir de la conquista cristiana se producen crecimientos urbanos entre las dos peñas adaptándose al terreno con calles sinuosas y estrechas, donde se hayan los edificios uniformemente encalados y con cubiertas inclinadas de teja árabe, que irán colonizando el valle para confluir en una plaza pública, que aprovecha la zona llana del meandro del río que atraviesa la población, y que alberga el espacio social y religioso: el ayuntamiento, la iglesia y en la que aún sobrevive un gran olmo centenario.
Esta singularidad histórica y urbanística se le reconoce en 2012, con la declaración de Bien de Interés Cultural con la tipología de Conjunto Histórico de todo su casco antiguo, enclave dónde se encuentra nuestro alojamiento. Entre el patrimonio arquitectónico singular de Cambil destaca la iglesia de la Encarnación y dos impresionantes portadas del barroco civil: la portada del Antiguo Hospital y la portada de la Casa del Condestable. La iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación fue construida en el siglo XVI, trabajó en ella Alonso Barba en 1524. Es un templo de una sola nave cubierto con bóveda de cañón, lunetos y bóvedas de arista. La portada es manierista, de orden toscano y en ella está labrada la escena de la Anunciación, también obra de Alonso Barba. La torre de campanas es de planta cuadrada y está unida a esta fachada. En su interior destaca el retablo plateresco tallado por Sebastián de Solís.
PEGALAJAR
Pegalajar es un pueblo mágico, presidido por la labor callada del agua, que poco a poco ha ido marcando a través de los siglos sus señas de identidad. Ese gota a gota ininterrumpido que se pierde en la larga noche de los tiempos, propició la presencia humana en el lugar desde tiempos inmemoriales, haciendo posible la existencia de cuevas misteriosas que coronan la parte alta de la población, abiertas en la roca por sus habitantes. El agua busca su camino por la parte baja del pueblo, dibuja arroyos y acequias, movía molinos y llena la Charca en la que las gentes de Pegalajar se miran con orgullo. La historia y la cultura de Pegalajar está relacionada con la actividad principal generada en torno al agua y a su manejo.
Una vez conquistada la plaza por Fernando III en 1244, la antigua mezquita se convirtió en iglesia parroquial, bajo la advocación de la Santa Cruz. Años más tarde y dado que la anterior amenazaba ruina, acabó siendo reemplazada entre 1580 y 1620 por otra de nueva planta, situada en el antiguo patio de armas del Castillo, su actual ubicación. Las trazas y la dirección de fábrica de la nueva iglesia corresponden a Alonso Barba, quien diseñó una iglesia compacta, de tipo cajón, con planta rectangular y capillas laterales, que desde los pies presenta la característica forma de artesa invertida. En el exterior se abren dos portadas de corte clasicista. Mas abajo, cerrando la antigua ciudad intramuros se encuentra el Arco de la Encarnación, uno de los restos de muralla, quizá el mejor conservado. En su momento fue una de las puertas del recinto amurallado, llamada “Puerta de Jaén”. Es un arco apuntado de piedra bien tallada. Sobre la primera hilada de sillería se insertaron en la zona central una lápida con epigrafía en letra gótica que conmemora su construcción flanqueada por dos escudos heráldicos, correspondientes el de la derecha a Jaén, y el de la izquierda a una familia nobiliaria, los Sandoval. Se remata el conjunto con el escudo de armas de Castilla en recuerdo de Fernando III.
Pegalajar es un pueblo mágico, presidido por la labor callada del agua, que poco a poco ha ido marcando a través de los siglos sus señas de identidad. Ese gota a gota ininterrumpido que se pierde en la larga noche de los tiempos, propició la presencia humana en el lugar desde tiempos inmemoriales, haciendo posible la existencia de cuevas misteriosas que coronan la parte alta de la población, abiertas en la roca por sus habitantes. El agua busca su camino por la parte baja del pueblo, dibuja arroyos y acequias, movía molinos y llena la Charca en la que las gentes de Pegalajar se miran con orgullo. La historia y la cultura de Pegalajar está relacionada con la actividad principal generada en torno al agua y a su manejo.
Una vez conquistada la plaza por Fernando III en 1244, la antigua mezquita se convirtió en iglesia parroquial, bajo la advocación de la Santa Cruz. Años más tarde y dado que la anterior amenazaba ruina, acabó siendo reemplazada entre 1580 y 1620 por otra de nueva planta, situada en el antiguo patio de armas del Castillo, su actual ubicación. Las trazas y la dirección de fábrica de la nueva iglesia corresponden a Alonso Barba, quien diseñó una iglesia compacta, de tipo cajón, con planta rectangular y capillas laterales, que desde los pies presenta la característica forma de artesa invertida. En el exterior se abren dos portadas de corte clasicista. Más abajo, cerrando la antigua ciudad intramuros se encuentra el Arco de la Encarnación, uno de los restos de muralla, quizá el mejor conservado. En su momento fue una de las puertas del recinto amurallado, llamada “Puerta de Jaén”. Es un arco apuntado de piedra bien tallada. Sobre la primera hilada de sillería se insertaron en la zona central una lápida con epigrafía en letra gótica que conmemora su construcción flanqueada por dos escudos heráldicos, correspondientes el de la derecha a Jaén, y el de la izquierda a una familia nobiliaria, los Sandoval. Se remata el conjunto con el escudo de armas de Castilla en recuerdo de Fernando III.
PEGALAJAR
La Charca, es un embalse que recoge las aguas del nacimiento de la Fuente de la Reja desde tiempo inmemorial. En un principio fue una laguna formada por un simple dique de contención. En 1903 se construyó un muro alrededor de todo su contorno y entre 1944 y 1949 se realizaron diversas reformas elevándose el muro perimetral y pavimentándose el suelo, quedando así la forma definitiva. La Charca es, también, un espacio social y simbólico fundamental en la vida de Pegalajar. Lugar de ocio y de encuentro. El conjunto integrado por la Fuente de la Reja, la Charca y la Huerta de Pegalajar han sido inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como “Lugar de Interés Etnológico”
La Charca, es un embalse que recoge las aguas del nacimiento de la Fuente de la Reja desde tiempo inmemorial. En un principio fue una laguna formada por un simple dique de contención. En 1903 se construyó un muro alrededor de todo su contorno y entre 1944 y 1949 se realizaron diversas reformas elevándose el muro perimetral y pavimentándose el suelo, quedando así la forma definitiva. La Charca es, también, un espacio social y simbólico fundamental en la vida de Pegalajar. Lugar de ocio y de encuentro. El conjunto integrado por la Fuente de la Reja, la Charca y la Huerta de Pegalajar han sido inscritos en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como “Lugar de Interés Etnológico”
LA GUARDIA
DE JAÉn
La Guardia de Jaén es un pueblo muy cercano a la capital (10 minutos). Desde tiempos inmemoriales se tiene noticia de la presencia humana en el Cerro de San Marcos, sobre el que se sitúa la población, desde el que se domina el valle que se extiende ladera abajo, formado por el río Guadalbullón, único paso natural posible desde el sur y hacia la cercana ciudad de Jaén. Esta situación geográfica, la presencia abundante de agua y fértiles tierras de cultivo determinan la idoneidad de la ubicación para la consolidación estable de pobladores, de los que existen vestigios datados anteriores a nuestra era. El castillo se erigió en la parte más alta y rocosa, en una posición de gran valor estratégico.
Su patrimonio histórico abarca desde los primeros asentamientos humanos en el Neolítico, la Edad Antigua (íberos y romanos), Edad Media (visigodos y musulmanes) y el Renacimiento, hasta prácticamente la época actual. El propio casco histórico de la localidad fue declarado Conjunto Histórico Cultural (BIC.) en 1983. Cuenta con 35 Bienes de Interés Cultural, tres de ellos declarados BIC.: El Castillo, el Conjunto Histórico de la Plaza de Isabel II y destacando, el Antiguo Convento de los Dominicos y su iglesia, traza de Andrés de Vandelvira. La amabilidad, simpatía y cercanía de sus gentes le harán sentir como en casa. El pueblo cuenta con todos los servicios esenciales: tiendas, bancos, bares, restaurantes, pubs, centro de salud, farmacia e iglesia
LA GUARDIA
DE JAÉn
La Guardia de Jaén es un pueblo muy cercano a la capital (10 minutos). Desde tiempos inmemoriales se tiene noticia de la presencia humana en el Cerro de San Marcos, sobre el que se sitúa la población, desde el que se domina el valle que se extiende ladera abajo, formado por el río Guadalbullón, único paso natural posible desde el sur y hacia la cercana ciudad de Jaén. Esta situación geográfica, la presencia abundante de agua y fértiles tierras de cultivo determinan la idoneidad de la ubicación para la consolidación estable de pobladores, de los que existen vestigios datados anteriores a nuestra era. El castillo se erigió en la parte más alta y rocosa, en una posición de gran valor estratégico.
Su patrimonio histórico abarca desde los primeros asentamientos humanos en el Neolítico, la Edad Antigua (íberos y romanos), Edad Media (visigodos y musulmanes) y el Renacimiento, hasta prácticamente la época actual. El propio casco histórico de la localidad fue declarado Conjunto Histórico Cultural (BIC.) en 1983. Cuenta con 35 Bienes de Interés Cultural, tres de ellos declarados BIC.: El Castillo, el Conjunto Histórico de la Plaza de Isabel II y destacando, el Antiguo Convento de los Dominicos y su iglesia, traza de Andrés de Vandelvira. La amabilidad, simpatía y cercanía de sus gentes le harán sentir como en casa. El pueblo cuenta con todos los servicios esenciales: tiendas, bancos, bares, restaurantes, pubs, centro de salud, farmacia e iglesia
En La Guardia de Jaén se pueden visitar los importantes monumentos antes descritos: el antiguo convento de Santo Domingo (dónde se emplaza actualmente la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción), la Plaza de Isabel II, enclave renacentista, con su fuente de los cinco caños (Siglo XVI), la Fuente de María Magdalena y el Castillo (fortaleza de considerables dimensiones, recién restaurada y visitable).
Desde su torre del homenaje, se contempla una impresionante panorámica de Sierra Mágina, Sierra Morena y los Campos de la Loma). Como emplazamientos arqueológicos en la zona cabe destacar: Cueva Cabrera (primeros asentamientos
humanos, datados en torno a 4.000 años a. C.), Barranquillo y Ejido de Las Eras de San Sebastián (diferentes necrópolis íberas y romanas), Cerro Salido y Cerro de las Covachuelas, (enterramientos visigodos).
En La Guardia de Jaén se pueden visitar los importantes monumentos antes descritos: el antiguo convento de Santo Domingo (dónde se emplaza actualmente la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción), la Plaza de Isabel II, enclave renacentista, con su fuente de los cinco caños (Siglo XVI), la Fuente de María Magdalena y el Castillo (fortaleza de considerables dimensiones, recién restaurada y visitable).
Desde su torre del homenaje, se contempla una impresionante panorámica de Sierra Mágina, Sierra Morena y los Campos de la Loma. Como emplazamientos arqueológicos en la zona cabe destacar: Cueva Cabrera (primeros asentamientos humanos, datados en torno a 4.000 años a. C.), Barranquillo y Ejido de Las Eras de San Sebastián (diferentes necrópolis íberas y romanas), Cerro Salido y Cerro de las Covachuelas, (enterramientos visigodos).
¿Te gustaría alojarte en alguno de estos
encantadores pueblos?
Sierra Mágina, la tierra prometida
Miguel Hernández
Peña Jaén, corazón de sierra Mágina
El Parque Natural de Sierra Mágina cuenta con una superficie de 19.900 Hs. y se localiza dentro de los términos municipales de varios municipios de la Provincia de Jaén, entre ellos el de Cambil, La Guardia de Jaén y Pegalajar. Esta zona se caracteriza por su carácter abrupto y su altitud, siendo el Pico Mágina, con 2.167 m., la Peña Jaén, con sus 2147 m., el Pico Miramundos con sus 2077 m. y el Pico Almadén con sus 2.036 m. de altitud, los puntos más altos de la provincia de Jaén. Es sin duda un gran atractivo tanto por su belleza natural como por su interés histórico. Presenta una rica fauna asociada: cabra montesa, lince, águila real, quebrantahuesos, paloma torcaz, abubilla, jineta, tejón, jabalí, conejo, etc. También ha conservado su vegetación autóctona, en el que predomina el olivo de montaña, el bosque de encinas, quejigos y algunas especies escasas en el parque, como el tejo.